Redacción Pamisalud Mayo 12 2024
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Una investigación con pacientes internados en unidades de terapia intensiva del sector salud público reportó que el 28.7 por ciento de fallecer tras ser dado de alta debido a las complicaciones que desarrollan por la falta de movilidad que afecta el funcionamiento de otros órganos vitales y eleva los riesgos de adquirir infecciones, informo Salvador Ríos Martínez, director Médico de Baxter Healthcare México, Centroamérica y el Caribe.
“El estudio se hizo en una unidad médica de Tijuana, con 244 pacientes atendidos en una unidad de terapia intensiva por razones diversas, entre estas, politraumatismo causado por un accidente de tránsito y la más importante por sepsis, por contraer infecciones virales o bacterianas que atacan órganos y tejidos”, detalló.
“Al estar en la terapía intensiva, los pacientes enfrentan otras problemáticas además de la enfermedad que los llevó a ingresar debido a la inmovilidad: comienzan a presentar insuficiencia renal, trastornos graves de la coagulación. Además, cuando salen enfrentan el síndrome post-UCI que también impacta a su familia y entorno. Tienen ansiedad o depresión, problemas cognitivos y daños en sus habilidades físicas a nivel pulmonar, neuromuscular y de movilidad”.
El estudio al que hace referencia se publicó en 2022 y, de acuerdo con los resultados, este se llevó a cabo en el Hospital General de Zona 20, de Tijuana, del IMSS.
“Se analizaron 244 expedientes de pacientes que ingresaron a la UCI, se encontraron los siguientes datos: 174 sobrevivientes y 70 defunciones para una mortalidad de 28.7%; con media de edad del 44 años; siendo la principal causa de ingreso pacientes postquirúrgicos 73 (29.9%) y pacientes con sepsis o choque séptico 54 (22.1)”, de acuerdo con estudio publicado en el Colegio Mexicano de Medicina Crítica.
Con la emergencia pandémica, añadió el especialista, las estadísticas de mortalidad se dispararon al 65 por ciento entre pacientes que se contagiaron con covid-19. “Los médicos cumplieron con su deber, salvar su vida, en terapia intensiva”, pero esos pacientes salieron en sillas de ruedas, con un sistema inmunológico comprometido, con debilidad y otros síntomas generados por el deterioro generalizado.
“Un paciente crítico, que fue dado de alta, requiere, después de salir de terapia intensiva, de un largo proceso de recuperación y no todos lo logran. Todo el proceso de recuperar la función del cuerpo, del organismo, puede tardar varios meses, sobre todo, entre aquellos que ya presentan una condición adversa de salud”.
Un paciente crítico, sin movilidad en terapia intensiva, añadió, es susceptible no solo de adquirir infecciones, sino tiene elevado el riesgo de fallecer por un infarto cardio o cerebrovascular, por una falla respiratoria masiva.
“Es común que el 85 por ciento de los paros cardiorrespiratorios se den dentro de la estancia en una unidad de terapia o de cuidados intensivos, justo por ese deterioro fisiológico”, aseveró.
Si la persona, además, tiene diabetes e hipertensión, las posibilidades de recuperación aún más de disminuyes. “Los riesgos para un diabético de adquirir y agravarse con una infección es mucho mayor”.
El impacto, dijo, también se refleja en la economía de un país. Un solo día en terapia intensiva tiene un costo promedio, en el sector público, de 54 mil a 62 mil 705 (de acuerdo con los costos unitarios por nivel de atención publicados en el Diario Oficial de la Federación a finales de 2022). Se estima que, en promedio, una persona se queda en terapia intensiva de 8 a 9 días, aunque algunos superan la barrera del mes, incluso, un año.
Por ello, consideró, los pacientes que ingresan a terapia intensiva por falla respiratoria y que requiere ventilación mecánica, por una operación del corazón, y otros padecimientos graves, debe de contar con un proceso adicional de rehabilitación y con tecnologías que contribuyan a esa incorporación social, laboral, familiar.
Actualmente existen a nivel nacional 6 mil 968 camas de terapia intensiva. De estas, 4 mil 883 pertenecen al sector público y 2 mil 085 al privado. Se cuenta, aseguró, con las camas suficiente actualmente en el país y no es necesario un crecimiento mayor.
Por ello, dijo, se debe de acabar con el mito de que un paciente en esa condición requiere de reposo absoluto, por el contrario, deben de moverse, conforme a lo establecido en vigilancia médica.
“Tenemos una población con altos índices de obesidad (75.2% de las personas mayores de 20 años tienen sobrepeso y obesidad) lo que complica a los equipos médicos maniobrar.
“Contar con dispositivos médicos que faciliten la labor de los profesionales de la salud reduce el 50% de las lesiones en el personal del hospital reduce el 36% de la estancia de las personas en las unidades de terapia intensiva, acorta al 50% las complicaciones pulmonares y disminuye el 30% de los costos generales del hospital”, aseveró.
integrada 69% por mujeres. Para más información, visite: www.ucb.com.mx