Alberto Martínez Junio 6 2025
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La reciente decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de duplicar los aranceles al acero y aluminio importados, elevándolos del 25% al 50%, ha generado preocupación en diversos sectores industriales de México, incluida la industria farmacéutica. Aunque a primera vista podría parecer que este sector no se vería directamente afectado por esta medida, la realidad es que el acero es un componente esencial en la fabricación de equipos médicos, maquinaria de producción y envases de medicamentos. Por lo tanto, el aumento en los costos del acero podría traducirse en un incremento en los precios de los medicamentos y dispositivos médicos, afectando tanto a los productores como a los consumidores finales.
México, como uno de los principales exportadores de acero a Estados Unidos, se enfrenta a una situación compleja. La Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (Canacero) ha expresado su preocupación por el impacto que estos aranceles tendrán en la economía mexicana, señalando que podrían poner en riesgo más de 20,000 millones de dólares en exportaciones y afectar a más de 380,000 empleos en el sector. Este escenario también repercute en la industria farmacéutica, ya que muchas empresas dependen del acero para la construcción y mantenimiento de sus instalaciones, así como para la fabricación de equipos y envases. El aumento en los costos de producción podría llevar a una reducción en la inversión y el desarrollo de nuevos productos, limitando el acceso a medicamentos innovadores y de calidad para la población.
Ante este panorama, el gobierno mexicano ha iniciado negociaciones con Estados Unidos para buscar una solución que minimice el impacto de los aranceles en la economía nacional. La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, ha calificado la medida de injusta y sin sustento legal, y ha anunciado que México tomará medidas para proteger su industria, aunque enfatiza que no serán de represalia sino defensivas. La situación se enmarca en un contexto electoral para ambos líderes —Trump en 2026 y Sheinbaum en 2027— y resalta el carácter "interméstico" de la relación bilateral, donde las estrategias internas influyen en la política internacional.
En conclusión, los aranceles al acero impuestos por la administración Trump representan un desafío significativo para la industria farmacéutica mexicana. El aumento en los costos de producción podría traducirse en precios más altos para los medicamentos y dispositivos médicos, afectando tanto a las empresas como a los consumidores. Es fundamental que las autoridades mexicanas y estadounidenses trabajen en conjunto para encontrar soluciones que permitan mitigar estos impactos y garantizar el acceso a productos de salud asequibles y de calidad para la población.