AVANCES CIENTÍFICOS PERMITEN SUPRIMIR GENES CON POTENCIAL CERÍGENOS



Sumario: Los genes, ahora lo sabemos, son modificables

Blanca Valadez/ Cali, Colombia   Junio 8 2020


Estudios científicos del área de Investigación de Cáncer de Mama de los Centros de Tratamiento de Cáncer en América (CTCA) de Estados Unidos reporta que ya es posible suprimir aquellos genes que provocan dicha neoplasia maligna a través de medicamentos específicos capaces de evitar que se expresen a lo largo de la vida, aseguró su director médico, Ricardo Álvarez.

“Los genes, ahora lo sabemos, son modificables. Son inducibles, lo que nos permite encender la expresión de uno o más genes. Y se pueden corregir. Tenemos genes buenos y malos, pero los que causan la enfermedad ya se pueden suprimir, modificar, evitar que causen cáncer y tal vez en un futuro no lejano hasta trasplantarlos”, expresó en entrevista el oncólogo cuyo centro se encuentra en Atlanta y autor del trabajo “The gene” (de Siddhartha Mukherjee).

“Estamos ante la enorme posibilidad de lograr que las mujeres con alteraciones genéticas dejen de desarrollar cáncer y tener una vida normal, como cualquier otra, porque se cuenta con herramientas de secuenciación exactas que detectan, justamente, esos genes erráticos, cambiar su comportamiento, suprimirlos o bien corregirlos con medicina que ahora se está generando a partir de ese conocimiento genómico”, mencionó tras referir que la ciencia también reducirá las brechas de inequidad y falta de acceso a la salud por pobreza.

“Sabemos que el cáncer es una enfermedad de los genes y con medicina de precisión, que va más allá de la individualizada, podemos suprimirlos”, aseveró el integrante del Consejo Estadounidense de Medicina Interna y Oncología Médica, de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO), la Asociación Estadounidense de Investigación del Cáncer (AACR).

El reconocido oncólogo explicó que los avances en su centro de investigación han logrado diseñar un “macrochip” que ha identificado 300 genes (de 3 mil que tiene un ser humano) que participan en el desarrollo de este tipo de cáncer, de los cuales, hasta ahora, han avanzado en estudiar 30, es decir, se sabe con exactitud su comportamiento molecularmente, si están activos o inactivos.

El conocimiento genético, abundó, contribuye a tomar mejores decisiones de tratamiento para esas mujeres y el cual está muy alejado, en muchos casos, del uso necesario de quimioterapia o de la extirpación de una o de ambas mamas. Las investigaciones también han permitido identificar a los genes protectores contra el cáncer y la forma en la cual pueden actuar supliendo a los genes que serán suprimidos.

“Estamos ante un futuro cercano”, subrayó, en el que será posible revertir que se sigan diagnosticando 152 mil casos anuales de cáncer de mama y que en el 2030 la tendencia se eleve a 240 mil nuevos casos con tasas de mortalidad superiores al 70 por ciento en un lapso de cinco años.

Las herramientas tecnológicas como es este macrochip, aclaró a Grupo Milenio, detectan, por ejemplo, las células cancerígenas del gen HER-2 positivo, los biomarcadores triple negativos, los receptores hormonales y las mutaciones de la amplia gama de tumores que se presentan en una cada cinco mujeres, es decir, de aquellas que tienen esa carga hereditaria.

La medicina de precisión aseveró, lo que hace es detectar esos genes con potencial cancerígeno para suprimirlos para que no se expresen y, en caso de que ya se hayan manifestado, también nos permite tratar a la mujer de la mejor manera, incluso, es posible reparar ese error genético para que ya no siga avanzando, causando metástasis.

El autor de un centenar de trabajos publicados en revistas científicas como The News EnglandJournalof Medicine, precisó que el “macrochip” efectúa la secuenciación genética de la persona con antecedentes hereditarios, llega al grado de precisión de determinar si esos genes están dormidos y, en caso de estarlos, procurar que jamás se activen.

Pero si en el estudio se detecta genes activados o muy activados, entonces, aseveró, se recurre a la biopsia, se envía al patólogo, y de esa manera se conocerá el comportamiento que tendrá ese tumor mamario. Se está desarrollando inmunoterapias, moléculas blancas en ensayos clínicos, que harán que el cáncer ya no sea una sentencia de muerte sino una enfermedad controlada, incluso, un padecimiento ya no mortal.

La investigación que está centrada, por ahora, en cáncer de mama, está abriendo nuevas vías de conocimiento de neoplasias de pulmón, de vejiga, linfoma, melanoma, de colon, “si comparten la misma alteración genética, también podemos tratar estos padecimientos”.

El director médico de investigación de cáncer aclaró que, paralelamente, los estudios genéticos requieren de políticas públicas que contribuyan a modificar la historia natural del cáncer agresivo que causa discapacidad, pérdida de empleo, muerte prematura, abandono de hijos.

“Es preciso dejar de fumar, el 33 por ciento del cáncer está vinculado con esa adicción que altera los genes, asimismo no exponerse a virus o vacunarse contra el Papiloma Humano, la hepatitis; hacer ejercicio que activan los genes protectores, cambiar, por supuesto, la alimentación para reducir la obesidad. Sabemos que el 30 por ciento de los pacientes con cáncer tienen factores multidisciplinarios que deben también corregirse”.

De igual manera, abundó, es preciso modificar varias normas y guías de intervención, es decir, trabajar de manera coordinada con los radiólogos, patólogos, cirujanos. “Hay una gran cantidad de médicos oncólogos que tratan a las mujeres sin consultar a nadie y esto propicia resultados no deseados, uso de quimioterapia que no tendrá efecto positivo o hacer mastectomías radicales, sacando mucho tejido que causaban cierta discapacidad y el pronóstico es malo.

“Hoy, en día, se trata de no extirpar y, en caso de requerir cirugías, estas deben ser pequeñas, dejando el mayor tejido posible. Estamos revolucionando. No es necesario caer en mutilaciones no sólo de mamas sino también de laringes, quitándole todas las cuerdas bucales.

“Tampoco en quimioterapias innecesarias, por ejemplo, con las pruebas de Oncotype DX CDIS, que analizan los genes, se determina la cantidad de quimioterapia y si esta es necesaria analizando el tumor, su tamaño, su crecimiento rápido o lento, “En Estados Unidos con este test redujo la quimioterapia en un tercio, es decir, en 33 por ciento y, conforme a los resultados, podemos manipular los genes. Son pacientes que ya no caen en situaciones de toxicidad, sino que ya tienen tratamientos precisos”, aseveró.

En América Latina, aseveró durante la plenaria de la Fundación Gabriel García Márquez y Roche Press Day, Uruguay y Argentina tienen las tasas más altas de cáncer en la región, pero México con menos incidencia, ocupa el primer lugar en mortalidad aun cuando en el continente se detecta la enfermedad en etapas avanzadas.

“En México hay una gran falla en el sistema de salud, no se ha avanzado de manera amplia en educar a la gente, no basta con tener infraestructura sino hacer monitoreo con personal capacitado y al mayor número de población. México es muy heterogéneo, tiene ciudades como Helsinki, Finlandia, con un alto estándar de vida, y otras ciudades o comunidades parecidas a la África subsahariana con niveles elevados de pobreza.

“Son estas discrepancias, pero también cuando hay alta mortalidad se evidencia que países como México tienen problemas severos de detección temprana, en el acceso a la salud, en tamizajes precisos”, acotó.

En la frontera de México y Estados Unidos, por ejemplo, hay 18 millones de chicanos y ya hay niños con diabetes de tipo 2, lo que habla que sus genes se alterados con alimentos ajenos a su cultura causando efectos nocivos. “A 10 años, el efecto protector hispano se diluye con la aculturación”.



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